En el año 1011 Sancho Garcés III, que en ese entonces era conde de Castilla y luego fue rey de Navarra (un reino también conocido como Pamplona-Nájera), concedió a los habitantes del hoy despoblado Baró y al resto del valle de Liébana (actualmente en Cantabria) los privilegios y franquezas del vecino monasterio de San Salvador deOña. Esta concesión incluía derechos como la exención de peajes y otras ventajas fiscales, probablemente para fomentar el desarrollo de la villa y consolidar su importancia estratégica El conde y su esposa, fundaron el monasterio cistercense dúplice para su hija Santa Tigridia.













