miércoles, 29 de octubre de 2025

El vínculo entre los monasterios San Salvador de Oña y San Toribio de Liébana podría explicar por qué hay un despoblado en Burgos y una localidad en Cantabria con el nombre Baró?

En el año 1011 Sancho Garcés III, que en ese entonces era conde de Castilla y luego fue rey de Navarra (un reino también conocido como Pamplona-Nájera), concedió a los habitantes del hoy despoblado Baró y al resto del valle de Liébana (actualmente en Cantabria) los privilegios y franquezas del vecino monasterio de San Salvador deOña. Esta concesión incluía derechos como la exención de peajes y otras ventajas fiscales, probablemente para fomentar el desarrollo de la villa y consolidar su importancia estratégica El conde y su esposa, fundaron el monasterio cistercense dúplice para su hija Santa Tigridia.


Por escritura otorgada el 30 de junio de 1033 por el rey Sancho el Mayor de Pamplona (hijo del arriba mencionado Sancho III y de Urraca Gómez) y su esposa Munia o Mayor de Castilla, el monasterio pasó a depender únicamente de los monjes cluniacenses. Es a partir de ese momento cuando mayor desarrollo e influencia adquierió, llegando a estar bajo su jurisdicción más de setenta monasterios e iglesias repartidos geográficamente por el norte de la provincia de BurgosCantabria y el valle del Pisuerga palentino.

Entre los que dependían de Oña, estaba San Toribio de Liébana, un monasterio franciscano localizado en el municipio de Camaleño y próximo a Baró y a Potes, en la comarca de Liébana (CantabriaEspaña). Albergó la creación de las obras de Beato de Liébana y conserva la reliquia del lignum crucis, el trozo más grande conocido de la cruz donde murió Jesucristo. Su Puerta del Perdón se abre aún hoy al comienzo de cada año jubilar lebaniego para recibir a los peregrinos. La tradición atribuye su fundación a Toribio, obispo de Astorga, quien trajo a España, a principios del siglo v, el lignum crucis, el trozo de la cruz de Cristo más grande que aún perdura según la Iglesia católica, pero el Monasterio ya estaba fundado por otro Toribio, obispo suplente de Palencia, lugar elegido para trasladar los restos de Santo Toribio de Astorga con las reliquias de Tierra Santa y dando desde entonces el nombre por el que se conoce actualmente de Monasterio de Santo Toribio. Por ello, el 23 de septiembre de 1512 el papa Julio II otorga, mediante bula, el privilegio de celebración del año jubilar lebaniego, lo que hace del monasterio un importante centro de peregrinación, siendo uno de los lugares santos más importantes del catolicismo en Europa.

En el inicio de la llamada Reconquista (714), el condado de Liébana fue el bastión cristiano inexpugnable de los Duques de Cantabria (Favila Duque el padre de Don Pelayo y Pedro de Cantabria) de donde salieron los guerrilleros de Don Pelayo para la Reconquista de Asturias ocupada por los musulmanes. Cuando estos son vencidos, los condes de Liébana fundan las primeras iglesias en pueblos del entorno del monasterio, como se puede apreciar en el Cartulario del Monasterio en una carta del año 735. En otra carta datada en el año 828 y titulada «Carta de la iglesia de San Pedro de Viñin con sus pertenencias que fue dada a la iglesia de San Martín y a los que hizo moriesen» se menciona por primera vez la iglesia de San Martín, nombre primitivo del monasterio. Esta iglesia fue creciendo en importancia a lo largo del siglo IX al beneficiarse de donaciones y heredades de iglesias o abades de aldeas vecinas, que poco a poco se van vaciando de sus frailes y concentrando en la iglesia San Martin. A finales del siglo X, la iglesia de San Martín se convierte en monasterio y es consagrado a San Martín de Turieno, pero cambia otra vez de nombre en el siglo siguiente. En otra carta del mismo cartulario denominada Carta del Solar de Villalumoroso de como fué dado a Santo Toribio del 31 de marzo del año 1090 se nombra por primera vez al monasterio de Santo Toribio en advocación del presbítero palentino llamado Toribio que fue a Liébana en el siglo VI.

Asi, el monasterio fue originalmente una posesión real, pero fue donado por 
Alfonso VIII a los condes don Gómez y doña Emilia (suegros de Sancho), los cuales lo entregaron al monasterio de San Salvador de Oña.


De esta vinculación entre los monasterios, podría explicarse por qué hay en sus proximidades un despoblado Baró en Las Merindades y una localidad en Liébana con el mismo nombre. Más aún, podría explicar porqué algunos genealogista señalan el origen del apellido en Burgos y otros, en Cantabria.

Cabe agregar que los Baró estuvieron íntimamente relacionados, al menos, con el monasterio de San Toribio. Efectivamente, “en el año 1493, Juan de Baró de Turieno aparece por primera vez en la documentación del Monasterio de Santo Toribio actuando como juez, árbitro y componedor en el pleito entablado entre el monasterio y Antonio de Mogrovejo en torno a los bienes donados por su hermano Toribio. […] A partir de esta fecha la presencia de Juan de Baró en la documentación se hace más frecuente: entre 1493 y 1500 aparece como testigo en varios actos jurídicos presididos por el prior de Santo Toribio y a partir del año 1501 lo vemos detentando el cargo de alcalde de los vasallos que se mantendrá por varias generaciones en el seno de la misma familia(Vassallo, Rosana (2005). Política señorial y diferenciación campesina en el espacio lebaniego (siglos XIII-XVI). X Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. Escuela de Historia de la Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario).

Algún dato al respecto?